La insuficiencia cardíaca es la incapacidad del corazón para bombear la sangre de manera adecuada, resultando en la poca oxigenación y retención de líquidos en el organismo. ¿Cómo podemos detectarla en adultos mayores? ¿Cuáles son sus causas y su tratamiento?
Aunque puede presentarse en cualquier edad, se trata de una enfermedad de alta prevalencia en geriatría y es una de las causas principales de muerte en adultos mayores, aún más que el cáncer. Se estima que 1 de cada 10 personas mayores de 65 años puede desarrollar insuficiencia cardíaca y que el 2% de la población en Costa Rica la padece.
¿Cómo se detecta la insuficiencia cardiaca en adultos mayores?
El problema con la insuficiencia cardiaca es que suele ser difícil de diagnosticar en etapas tempranas, ya que varios de sus signos o síntomas como el cansancio, hinchazón (edema) en las extremidades, várices o disminución en la condición física se confunden con dolencias propias del envejecimiento.
Se recomienda que en personas mayores de 60 años se lleve a cabo al menos una revisión médica al año para conocer el estado de salud de nuestro corazón.
El electrocardiograma (ECG) es un examen sencillo y muy útil para la detección de problemas cardíacos, sin embargo, es importante que sea valorado apropiadamente por el médico. Adicionalmente, para conocer la causa exacta de la insuficiencia cardiaca y dar un diagnóstico definitivo, suele ser necesario un ecocardiograma (ultrasonido del corazón).
Algunos signos de alarma que pueden indicar insuficiencia cardíaca son:
- Notar que nos falta el aire al caminar o hacer un esfuerzo.
- Acostarse o despertarse en la noche con la sensación de que nos falta el aire, e incluso vernos en la necesidad de usar varias almohadas para dormir mejor.
- El edema o hinchazón de los pies, particularmente si aparece por las tardes.
¿Por qué se desarrolla la insuficiencia cardíaca?
Las causas de la insuficiencia cardíaca son varias, pero las más comunes son las siguientes:
- Infarto del corazón: haber sufrido un infarto cardíaco aumenta 8 veces la probabilidad de desarrollar insuficiencia cardíaca.
- Hipertensión arterial: junto con el infarto son las causas más comunes de insuficiencia cardíaca.
- Problemas con las válvulas cardiacas (es normal que se desgasten con la edad).
- Tener obesidad (recordemos que el 75% de la población tiene sobrepeso en Costa Rica).
- Tener Diabetes mellitus.
- Tener colesterol alto.
Si padecemos o padecimos cualquiera de las condiciones mencionadas arriba, y si además tenemos familiares (padres, hermanos, abuelos, etc.) que han sufrido de insuficiencia cardíaca, debemos considerarnos dentro del grupo de riesgo para desarrollar esta enfermedad, y con mayor razón debemos evaluar periódicamente nuestro corazón y estar atentos a posibles signos o síntomas de insuficiencia cardiaca.
¿Cómo se trata la insuficiencia cardíaca?
El tratamiento de la insuficiencia cardíaca va a depender de la causa. Por lo tanto, lo primero que debe hacer el médico es clasificar el tipo de insuficiencia cardíaca y encontrar lo que la está causando.
Puede ser necesario algún tipo de tratamiento farmacológico (muchas veces se usan fármacos que también se indican para tratar hipertensión arterial) y el uso de diuréticos.
En este sentido, se recomienda que el paciente siga las indicaciones del médico y no deje el medicamento porque ya se siente bien “se siente bien porque está tomando el medicamento”.
También es recomendable la asistencia de un nutriólogo que nos asesore en la cuestión alimenticia. Sin necesidad de dietas extremas, se recomienda eliminar o limitar de la dieta aquellos alimentos altos en sodio (como los embutidos), carbohidratos y azúcares.
Además, se puede buscar la asistencia de un psicólogo que nos ayude a sobrellevar el problema o acudir a clínicas de rehabilitación cardiaca, las cuáles abordan diversas medidas que mejoran la calidad de vida del paciente, incluyendo indicaciones de cómo hacer ejercicio físico.
No está de más mencionar que existen instancias donde se atiende a bajo costo o de manera gratuita a personas que sufren de insuficiencia cardiaca u otras enfermedades, y que no cuentan con los recursos suficientes para buscar atención médica.
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