Con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y del Maltrato en la Vejez, establecido por las Naciones Unidas, la Comunidad de Sant’Egidio relanza el llamamiento “Sin ancianos no hay futuro”, en lo que quiere ser una revuelta moral contra el abandono, la sanidad selectiva y la institucionalización.
La Naciones Unidas señalan que, entre 2019 y 2030, se prevé que el número de personas de 60 años o más aumente en un 38%, de mil millones a 1,4 mil millones, superando en número a la juventud a nivel mundial. Un crecimiento que será especialmente mayor y más rápido en las regiones en vías de desarrollo, lo que requiere que se preste mayor atención a los desafíos específicos que afectan a las personas mayores, incluso en el campo de los derechos humanos.
“Ninguna persona, joven o vieja, es prescindible”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres. El impacto en la salud y los servicios de atención a largo plazo para las personas mayores debe reconocer y enfrentar los desafíos particulares a los que se ven expuestos, incluida su capacidad para acceder a tratamiento y atención médica. Indiscutiblemente, tal como subrayó el jefe de la ONU, «las personas de edad tienen los mismos derechos a la vida y a la salud que todos las demás”, y “al adoptar decisiones difíciles respecto a la atención médica para salvar vidas, se deben respetar los derechos humanos y la dignidad de todos”.
El maltrato de las personas mayores es un problema social que existe tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados y, por lo general, no se notifica suficientemente en todo el mundo: «tan solo en unos pocos países desarrollados hay tasas de prevalencia o estimaciones, que se sitúan entre un 1% y un 10%. Aunque se desconoce la magnitud del maltrato de los ancianos, su importancia social y moral es indiscutible. Por este motivo, este problema requiere una respuesta mundial multifacética que se centre en la protección de los derechos de las personas de edad”, informa la ONU.
Por todo lo dicho, en el Día Mundial que celebramos hoy, la Comunidad de Sant’Egidio, junto al llamamiento internacional, presenta una vez más a las administraciones estatales y locales la necesidad de llegar cuanto antes a un sistema que privilegie la atención domiciliaria y la asistencia a la población anciana: se trata de un llamado apremiante a re-humanizar nuestras sociedades “cambiando radicalmente” la mentalidad, para impulsar nuevas iniciativas sociales y sanitarias a favor de la población anciana.
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