En una demencia es común que nuestros familiares presenten algún tipo de delirio o alucinación debido, entre otras cosas, a las alteraciones fisiológicas de los neurotransmisores cerebrales y a la pérdida neuronal.

Un delirio es un trastorno del contenido del pensamiento. Se trata de una idea falsa, que no está basada en la evidencia o en la realidad. Es decir, la persona va a mantener esta idea con total convencimiento y va a resultar casi imposible demostrarle que está equivocado o convencerle de que eso no es verdad aunque existan pruebas evidentes para rebatírselo. Por ejemplo: nuestro familiar mantiene la idea falsa de que nosotros, como cuidadores, le estamos robando dinero cada vez que vamos al banco.

¿Qué tipos de delirios son más comunes en la demencia?

Estos son, entre otros, algunos de los delirios más frecuentes que pueden aparecer en el curso de la demencia:

  • Delirio de perjuicio o daño. En este caso, nuestro familiar pensará que tenemos la intención de hacerle daño. Debido a esto se mostrará desconfiado y tenderá a interpretar cualquier gesto o palabra que le digamos de forma negativa. Por ejemplo: si nos ve hablar en voz baja con otra persona puede empezar a pensar que estamos hablando mal de él o que estamos planeando algo en su contra.
  • Delirio de robo: Es el delirio más común en esta enfermedad. Nuestro familiar tiende a pensar que le estamos robando dinero o manipulando las cuentas del banco. Suelen mostrarse agitados y muy desconfiados con todo lo que rodea el tema del dinero.
  • Delirio de falsa identificación: En este tipo de delirio nuestro familiar creerá que los lugares o las personas que le rodeamos han cambiado de identidad. Por ejemplo: suelen mostrar la convicción de que su mujer es su madre o que sus hijos no son suyos.
  • Delirio de Capgras: Este delirio consiste en pensar que un impostor está ocupando nuestro lugar o el de cualquier otra persona, es decir, nuestro familiar piensa que no somos nosotros sino un doble de nuestra persona. Está relacionado con la incapacidad de nuestros familiares de reconocer caras conocidas y debido a esto se muestran confusos.

Recomendaciones. ¿Qué hago si mi familiar los padece?

La manifestación de los delirios no tiene la misma repercusión en todos los pacientes. Hay personas en las que aparecen y se muestran tranquilos, sin suponer ningún malestar para ellos y hay otras, que lo experimentan con gran agitación o ansiedad.

  • Si los delirios son poco frecuentes y no causan malestar ni agitación…Si el delirio no crea malestar ni repercute en la vida de nuestro familiar no debemos darle la mayor importancia. Lo que sí es aconsejable es comunicárselo al médico para que esté informado y haga un seguimiento de la evolución del delirio.
  • Si el delirio es frecuente y causa malestar en nuestro familiar…Si el delirio provoca agitación, ansiedad, nerviosismo o causa conductas anómalas en nuestro familiar:
    • Informe a su médico para que determine si existe o no la necesidad de aplicar un tratamiento farmacológico que controle el delirio.
    • No discuta sobre el delirio, nuestro familiar mantendrá esa idea firmemente, creerá que es verdad, por lo que será inútil hacerle razonar. No convierta el delirio en una fuente de conflicto.
    • No le siga la corriente ni le dé la razón sobre su delirio, si lo hacemos sólo conseguiremos reforzar la idea y ayudar a que vuelva a aparecer y se mantenga en el tiempo.
    • Evite hablar en voz baja o cuchichear delante de su familiar, si es desconfiado se confirmará su idea de que se trama algo contra él o que se está hablando mal de él.
    • Cuando manifieste el delirio intente desviar su atención hacia otro tema de su interés, intente fijar su atención en algo real o en alguna actividad que le haga sentirse cómodo.
    • Si el delirio inquieta mucho a nuestro familiar, trate de calmarle con gestos de cariño (nunca con gestos bruscos que pueda malinterpretar) y háblele con buenas palabras y tono de voz suave sobre algo que sepa que le guste.

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