La depresión clínica es una enfermedad o trastorno mental que afecta a las personas tanto física como mentalmente en su manera de sentir y pensar, provocando decadencia anímica, sensación incontrolable de tristeza, ansiedad, insomnio, pérdida del apetito y deseos de aislamiento. Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es uno de los trastornos neuropsiquiátricos más comunes en los adultos mayores, el cual se encuentra presente en el 15% de la población mayor de 60 años a nivel mundial.
Este trastorno no hace parte de ninguna etapa de la vejez, a pesar de que envejecer conlleva a la experimentación de cambios físicos, hormonales, emocionales y de rutina, se debe estar atento y saber reconocer cuando se pasa de estar de mal humor, decaído o triste, por situaciones específicas y de manera momentánea a estar completamente decaído, alejado y sin ganas de continuar.
- Brindar apoyo, compresión y acompañamiento familiar: La familia es un pilar fundamental en esta etapa de la vida en la cual las personas son más propensas a sentirse vulnerables y dependientes.
Si algún miembro de su hogar es de la tercera edad, intente pasar tiempo con él, escúchelo, comparta momentos de su día y hágale ver que es importante para usted. Organice su horario de manera que pueda dedicarle tiempo de calidad y conectar con él o ella de manera natural, esto hará que esa persona se mantenga ilusionada y muy probablemente esperará ansiosa a que llegue este momento del día.
- Mantener las relaciones personales con gente de su edad: Llegar a la vejez se convierte para muchas personas en un viaje en el cual sienten que caminan solos, ya que algunos de ellos han perdido a sus parejas, familiares cercanos y algunos amigos. Está demostrado que relacionarse con otros adultos mayores es altamente beneficioso para su salud emocional. Se hacen compañía mutuamente y, además, comparten experiencias y gustos similares. Es importante como familiar ayudar a incentivar estos espacios, haciendo que la persona tenga compañía y mantenga un estímulo en sus emociones.
- Realizar actividades lúdicas y trabajo en habilidades: Para evitar o combatir algunos síntomas de depresión, es recomendable generar la participación en actividades de ocio, como pueden ser talleres de costura, manualidades, ejercicios de memoria, lenguaje, movilidad o pasatiempos que le favorezcan la estimulación sensorial, emocional y mental.
- Mantenerse activo físicamente: El deporte es una de las actividades por excelencia que incide en el mejoramiento del estado de ánimo de las personas y su bienestar. Si tiene a cargo algún adulto mayor con alguna preferencia por algún deporte en específico, esa sería su mejor opción. Realizar actividad física tres veces por semana no solo mejorará sus condiciones emocionales sino también sus condiciones cardiovasculares.
Fuente: Hogar Bello Horizonte
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