La pérdida de audición es una disminución pronta o gradual de la capacidad para oír. Es uno de los problemas de salud más comunes que afecta a los adultos mayores y ancianos. Aproximadamente una de cada tres personas de 65 a 74 años tiene algún nivel de pérdida de audición. Casi la mitad de las personas mayores de 75 años tienen dificultad para oír.

Se caracteriza por la disminución pronta o gradual de la capacidad para oír que puede ir disminuyendo a medida que la persona envejece. Es producto de la no renovación por daño o muerte de las células pilosas que se encuentran dentro del oído interno y que son las que ayudan a la audición. Esto dificulta la capacidad de mantener la comunicación con otros y puede impedir un total desempeño autovalente en actividades cotidianas pudiendo ser frustrante e incluso peligroso.

  • Prevención: Algunos otros factores que pueden contribuir a la sordera tienen que ver con antecedentes familiares (tendencia a ser hereditario), exposición repetitiva a sonidos fuertes, traumatismos, tabaquismo y diabetes, por lo que prevenir en el tiempo estos últimos podría ser útil como estrategia para no sufrir a futuro la pérdida de audición.
  • Tratamiento: se utilizan audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda auditiva que amplifican sonidos de aparatos de uso diario.

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