La epilepsia es un desorden cerebral cada vez más frecuente en las personas mayores. Hasta el punto de que el 25% de todos los casos se diagnostican a partir de esta edad, siendo más frecuente en los hombres que en las mujeres.
La epilepsia es un desorden cerebral de tipo eléctrico que se manifiesta en forma de ataques, crisis o convulsiones y que puede afectar a todo lo que se siente o se está haciendo, causando estados de confusión, temblores o convulsiones. Pero para que exista epilepsia es necesario que se produzca más de un episodio de este tipo.
Causas de la epilepsia
Las causas de inicio de la epilepsia en personas mayores son diversas, a pesar de que en el 30% de los casos no se llega a determinar su origen:
- Enfermedades cerebrovasculares. Es la más frecuente, pudiendo llegar hasta el 50%.
- Demencias.
- Tumores o metástasis cerebrales.
- Traumatismos.
- Afecciones metabólicas.
- Alcoholismo.
- Infecciones del sistema nervioso central.
Síntomas de la epilepsia
Los síntomas de la epilepsia en las personas mayores son generalmente diferentes que en otras más jóvenes y en ocasiones es necesario descartar otras patologías antes de confirmar el diagnóstico.
En general los síntomas dependen del tipo de ataque que se sufra:
- Ataques parciales: son los que se producen con mayor frecuencia, produciendo confusión y desorientación generalizadas. Afectan solo a una zona del cerebro y pueden ser de dos tipos:
– Simples: se mantiene la consciencia en todo momento y se producen alteraciones del habla, los sentidos, el movimiento y las sensaciones. Pueden presentar temblores o sufrir episodios repentinos de ira o miedo.
– Complejos: se produce pérdida del conocimiento, el paciente no puede interactuar con los objetos o las personas que tiene a su alrededor y cuando pasa el episodio no suelen recordar nada.
- Ataques generalizados: afectan a la totalidad del cerebro. Habitualmente se inician con un grito, tras lo cual la persona se desploma y pierde el conocimiento, momento en el que el cuerpo se pone rígido y empiezan a producirse espasmos musculares y puede producirse una salivación que se tiene la apariencia de espuma. Existe el peligro de que se muerda la lengua (algo que hay que evitar cuando se les atiende). También se puede ralentizar la respiración e incluso llegar a detenerse por un instante. Poco a poco las sacudidas se hacen más lentas hasta que cesan, se relaja el cuerpo y se recupera la consciencia lentamente, aunque no se suele recordar lo sucedido.
- Estado epiléptico: se caracteriza porque los ataques duran más tiempo del habitual y se repiten. Las personas mayores presentan un mayor riesgo de sufrirlos u pueden deberse a la existencia de una enfermedad cerebral grave. Cuando esto sucede hay que informar inmediatamente al médico.
Tratamiento de la epilepsia
El tratamiento de las personas mayores con epilepsia tiene como objetivo evitar los ataques. Sin embargo, tienen un mayor riesgo de sufrir los efectos adversos característicos de los fármacos antiepilépticos, por lo que deben tomar dosis inferiores. Como contrapartida responden bien al tratamiento y se pueden controlar perfectamente las crisis. Lo más importante es que cumplan debidamente el tratamiento, pues el olvido de una dosis puede significar la aparición de una crisis.
Nota: La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares.
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