La ansiedad se ha convertido en un trastorno cada vez más acusado. Quizás la pandemia ha tenido que ver o, tal vez, le hemos prestado la atención que antes ignorábamos. La Sociedad Española de Medicina Interna (FESEMI) explica que la ansiedad generalizada se da en un porcentaje del 3 al 5 por ciento de los adultos. Pero la ansiedad en personas mayores muestra cifras superiores.
Los momentos en los que han estado solos nuestros mayores durante la pandemia, pero también cuando todavía no había llegado a nuestras vidas, afectan a su salud mental. Empiezan a sentirse más cansados, a encerrarse más en sí mismos, a aferrarse a sus preocupaciones y a evitar ciertas situaciones que antes les motivaban. Eso, a pesar de la edad, no es normal.
Vecinos, amigos y familiares tienen un importante cometido para ayudar a reconocer los primeros síntomas que requerirán de la intervención de un psicólogo. Porque, a pesar de todos los consejos que te podamos ofrecer, incluso con el apoyo de un cuidador profesional y cualificado, en muchas ocasiones se necesita algo más. Una ayuda que permita superar este trastorno.
Síntomas de la ansiedad en personas mayores
En la ansiedad en ancianos síntomas como el nerviosismo, el aumento del ritmo cardíaco, la sudoración, los temblores o la sensación de que hay un peligro inminente deben ponerte sobre aviso. Cuando, además, esto no es puntual, sino que se mantiene en el tiempo, conviene que intervenga un profesional de la salud mental lo antes posible.
A veces, la ansiedad en edades avanzadas aparece después de haber pasado una enfermedad, como puede haber sido la COVID-19. Esto puede provocar que nuestros mayores no quieran salir a la calle y se encierren en casa. También pueden desarrollar alguna fobia o incluso que este trastorno aparezca por el consumo de determinados medicamentos. Todo esto debe revisarse.
Tratamiento de la ansiedad
¿Por qué es importante que encuentres un tratamiento de la ansiedad en personas mayores? Porque, si este trastorno perdura en el tiempo, puede terminar generando graves problemas de salud. La ansiedad puede provocar un deterioro funcional más acusado y una aceleración del propio envejecimiento.
Asimismo, también se pueden confundir más fácilmente los síntomas físicos de la ansiedad con las manifestaciones del envejecimiento o enfermedades frecuentes entre los mayores, e incluso pueden ser inválidas para personas con deterioro cognitivo leve. Por eso, resulta tan relevante prestar atención a la sintomatología anteriormente expuesta.
Tratamiento psicológico
Uno de los tratamientos para la ansiedad en personas que están en una edad avanzada es el psicológico. De hecho, será el psicólogo el que determinará si hay un problema de ansiedad, de depresión (a veces, ansiedad y depresión van de la mano) o cualquier otro trastorno. La terapia cognitivo-conductual es la más utilizada por sus buenos resultados.
Uso de fármacos
El tratamiento con fármacos puede acompañar a la psicoterapia para que los resultados sean mejores y más rápidos. No obstante, no hay que abusar de este tipo de medicamentos que pueden terminar provocando un aumento de la ansiedad. Por tanto, solo serán necesarios en casos realmente graves y siempre deben tomarse siguiendo las recomendaciones que haga el médico.
¿Cómo podemos ayudarlos?
Con un servicio de cuidadoras internas también podemos poner nuestro granito de arena para que nuestros mayores puedan tener la mejor calidad posible de vida, ayudándoles a que la ansiedad se mantenga alejada de ellos. Al disponer de una cuidadora interna las 24 horas del día, esa soledad y tristeza que pueden preceder a la ansiedad y a la propia depresión será más difícil que aparezca.
Debes tener presente que el miedo al encontrarse solo a una edad avanzada, sin tener a quien recurrir en el caso de una caída o de que pase algo, puede ser un elemento que dispare la ansiedad. Por ello, tener a alguien al lado que cuide, empatice y acompañe es fundamental. Las personas mayores no deberían estar solas y hay distintas opciones para que esto no ocurra.
Una cuidadora interna, por horas, que acompañe o que lo haga solo por la noche ofrece mucha tranquilidad. Además, gracias a esto se puede realizar un seguimiento óptimo sobre las tomas de la medicación entre las que pueden estar los fármacos para el tratamiento de la ansiedad. Con alguien al lado con vocación para estar con nuestros mayores es más fácil que el miedo se disipe.
Con la ansiedad en personas mayores, estas pierden calidad de vida, se sienten abandonadas, solas, sin nadie a quien acudir y se terminan encerrando en casa evitando todo aquello que puede disparar su malestar. Afortunadamente, en la actualidad contamos con varios medios para que esto no suceda y no afecte a su envejecimiento saludable. Esta última etapa de la vida debe ser la más dulce y la más feliz. Por eso, la ansiedad, lejos de ignorarla, hay que detectarla y solucionarla. Anímate a ayudar a tus seres queridos.
Deja una respuesta