La medicina ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años. Esto conlleva que la calidad de vida, no solo se vea incrementada, sino que la esperanza de vida aumente. A simple vista, esto puede ser siempre positivo. Pero si profundizamos un poco, veremos que algunas patologías acarrean gran sufrimiento y dolor, y en muchas ocasiones, el final de los días, es sufrimiento. Es por ello que existe la medicina paliativa.
¿Qué son los cuidados paliativos?
Según describe la OMS, Organización Mundial de la Salud; los cuidados paliativos son una parte esencial de la lucha contra el cáncer y pueden dispensarse de forma relativamente sencilla y económica. Los cuidados paliativos mejoran la calidad de vida de los pacientes y las familias que se enfrentan con enfermedades amenazantes para la vida, mitigando el dolor y otros síntomas, y proporcionando apoyo espiritual y psicológico desde el momento del diagnóstico hasta el final de la vida y durante el duelo.
Como vemos, hablar de cuidados paliativos implica mejorar la calidad de vida en los últimos días del paciente, aliviar su dolor, su sufrimiento, y darle cierta paz en aquellos momentos tan duros y angustiosos.
Entendemos entonces que un paciente paliativo es aquel que sufre una enfermedad crónica, degenerativa, irreversible o en fase terminal. Y el objetivo principal en este caso es controlar no únicamente los síntomas físicos, sino además los aspectos psicosociales, y así, mejorar su calidad de vida y su bienestar.
Veamos a continuación en qué consisten los cuidados paliativos. En primer lugar uno de sus principales objetivos es aliviar el dolor y la angustia. Muy importante remarcar que en ningún momento intentan ni acelerar ni retrasar la muerte. También se centran en integrar aspectos psicológicos y espirituales del cuidado del paciente, y ofrecen un sistema de apoyo que quiere ayudar a los pacientes de la manera más activa que les es permitido. Por último, y no menos importante, integran en todo momento a la familia, haciéndola partícipe y ayudándola a adaptarse a la situación vivida.
Relación de la familia y el enfermo paliativo
En la mayoría de los casos, el paciente paliativo está acompañado por su familia.
Hemos de entender qué paciente y familia están en el mismo equipo, y se les ha de atender en su conjunto. En primer lugar, tal y como nos explica la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), la primera intervención del equipo será la de valorar si la familia puede atender en todos los sentidos, al enfermo en función de las condiciones necesarias. También desde un inicio se debe identificarse a la persona que “llevará el peso” de la atención y así intensificar el soporte sobre ella y revisar las vivencias y el impacto que se vayan dando. Seguidamente, sé hará una integración familiar; se educará a la familia, se explicará que papel pueden jugar y por su puesto, se resolverán sus dudas.
Es importante contar siempre con profesionales de confianza; en el caso de los cuidados paliativos los tratamientos (no solo médicos, si no emocionales) son muy delicados, y no solo se trata al paciente en sí, sino a todo su entorno. Como hemos visto, los cuidados paliativos se dan al final de una enfermedad, son el objetivo de reducir el sufrimiento los últimos días de vida.
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