La tercera edad es una etapa muy difícil para la autoestima. Las personas van viendo como sus capacidades físicas y mentales van menguando. Al mismo tiempo observan como sus contactos sociales van desapareciendo, ya sea por la muerte de algunos de sus conocidos, por su incapacidad para mantener el ritmo de vida anterior o porque sus propios familiares les dan de lado.
Algunos de ellos llegan a considerarse poco más que un mueble en casa de sus hijos y otros son enviados a residencias, encontrándose en un ambiente nuevo que les da miedo y en el que sólo reciben contadas visitas de sus familiares.
En este contexto no debe extrañarnos que la autoestima sufra graves daños y que muchos de ellos experimenten fuertes depresiones. Para mejorar la autoestima y la calidad de vida de las personas de la tercera edad convendría tener en cuenta los siguientes puntos:
Hay que tener en cuenta potenciar sus capacidades y su autonomía: Mucha gente trata a sus familiares ancianos como si fuesen inválidos, no les permiten hacer nada, les dan todo hecho… Esto impide que puedan seguir siendo autónomos y, además, acelera su degeneración. Es conveniente que sigan teniendo responsabilidades que estén a su alcance. Esto hará que sigan sintiéndose útiles y mejorará su autoestima.
Respeta sus opiniones, sobre todo en los temas que le conciernen directamente. El hecho de que sea mayor no implica que no pueda decidir qué quiere hacer con su vida.
Ayúdale a mantenerse activo, tanto en el aspecto físico como en el mental. Actividades tan simples como dar un paseo, mantener una conversación o hacer pasatiempos pueden prevenir la degeneración.
Fomenta sus relaciones sociales: Ayúdale a que no se encierre en sí mismo. Existen centros de día donde puede relacionarse. También podéis hacerle sentir integrado dentro de la familia haciéndole intervenir en las conversaciones, escuchando sus consejos… Eso le hará sentirse aceptado y querido y su autoestima aumentará.
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