Las consecuencias emocionales del maltrato en el adulto mayor son devastadoras, y desgraciadamente esta situación va en aumento en todo el mundo. Cada vez hay más adultos que son maltratados incluso en su propio hogar.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el maltrato a las personas mayores es un significativo problema de salud pública.
Según estudios realizados, en al menos 28 países de diversas regiones, el 15.7% de las personas mayores de 60 años fueron objeto de algún tipo de maltrato en el último año. Esto se vive tanto en el entorno familiar como en el de las instituciones de cuidado como residencias de ancianos y centros de atención de larga duración.
Maltrato psicológico en la vejez
El tema del maltrato a los adultos mayores debe ser atendido desde diversas disciplinas pues no se trata solo de la agresión física o el abandono, también trata del maltrato psicológico que es aún más frecuente.
El abuso psicológico o emocional ocurre cuando su cuidador o acompañante le causa estrés o dolor emocional. Este podría insultar, amenazar, humillar o acosar al adulto mayor a través de palabras o acciones. Es probable también que lo ignore o lo aísle de sus familiares, amigos o sus actividades cotidianas.
De acuerdo con OMS, “el maltrato de las personas mayores es un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza.
Este tipo de violencia constituye una violación de los derechos humanos e incluye el maltrato físico, sexual, psicológico o emocional; la violencia por razones económicas o materiales; el abandono; la negligencia; y el menoscabo grave de dignidad y la falta de respeto”
Signos del maltrato psicológico al anciano
Entre los signos más distintivos del abuso psicológico se encuentran:
- Frecuentemente alterado, con temor, desesperación o falta de autoestima.
- No habla abiertamente o evita el contacto visual.
- Ansioso, tímido, deprimido o retraído.
- Autoestima baja.
- Dificultades para dormir.
- Aparenta confusión y/o depresión.
- Pierde peso sin razón.
- Muestra señales de trauma como mecer el cuerpo hacia adelante y hacia atrás.
- Actúa de manera agitada o violenta.
- Se vuelve retraída.
- Deja de participar en actividades que disfrutaba anteriormente.
- Tiene moretones, quemaduras o cicatrices inexplicables en el cuerpo.
- Se ve desarreglada, con el pelo sin lavar y la ropa sucia.
- Desarrolla úlceras por presión debido al prolongado reposo en cama o tiene otros trastornos que hubieran podido ser evitados.
- Deseos de lastimarse a sí mismo o a otra persona.
- No toma decisiones ni actúa por sí mismo.
Por supuesto, de no tratarse las señas del abuso, las personas pueden sufrir daños psicológicos y emocionales graves, como es el caso de la depresión y la ansiedad.
Depresión en la edad adulta
Cualquier tipo de maltrato puede dejar a la persona abusada sintiéndose temerosa y deprimida. Las secuelas psicológicas del maltrato del adulto mayor son graves, a veces de larga duración, en particular depresión y ansiedad.
La depresión en los adultos mayores es un problema generalizado, pero no es una parte normal del envejecimiento. Con frecuencia, no se reconoce ni recibe tratamiento.
Muchos de los síntomas usuales de depresión se pueden ver. Sin embargo, la depresión en los adultos mayores puede ser difícil de detectar.
Los síntomas comunes como fatiga, falta de apetito y problemas para dormir también pueden ser parte del proceso de envejecimiento o de un padecimiento físico. Como resultado de esto, la depresión temprana puede ser ignorada o confundida con otras afecciones que son habituales en los adultos mayores.
Existe una diversidad de señales que pueden identificar una depresión, tales como: buscar a personas con las que estaba distanciado, la suspensión de tratamientos médicos, menos socialización, carácter irritable, indiferencia ante situaciones que habitualmente disfrutaba o le afectaban, llorar frecuentemente, además de dormir más y comer menos.
Por el contrario, al maltrato, se deben escuchar sus miedos, no minimizarlo; integrarlo en actividades familiares y con personas de su edad. Es importante que tengas presente que, aunque la depresión es frecuente en Adultos Mayores, no es normal.
Ansiedad en el adulto mayor
La ansiedad es un problema frecuente de salud en los adultos mayores. La prevalencia estimada de los trastornos de ansiedad en los ancianos va de 3.2 al 14.2%, pero en muchas ocasiones su valoración puede pasar desapercibida, ser incorrectamente diagnosticada y no ser tratados adecuadamente.
Ya previamente se han hablado aquí de los síntomas de la ansiedad y el trastorno de ansiedad generalizada. En este caso, los síntomas más frecuentes son la sensación de intranquilidad y de que algo inminente va a suceder, de sentirse amenazado y vulnerable y que, por tanto, uno va a ser incapaz de poder controlar la situación que se presente.
Debido a que algunos de estos síntomas —falta de aire, dolor de pecho, dolor de cabeza o adormecimiento de manos y pies— se superponen a los síntomas de otras enfermedades, la ansiedad se hace más difícil de reconocer.
Soledad y baja autoestima
Además de la depresión y la ansiedad, el sentimiento de soledad, la pérdida de la autoestima y la dignidad son secuelas emocionales del maltrato y abuso psicológico en los adultos mayores.
La falta de autoestima puede ser el inicio, en muchas ocasiones, del proceso depresivo, es por ello por lo que se hace especialmente importante tener en cuenta el estado de ánimo de la persona e intentar, dentro de lo posible, que mantenga su autonomía personal para sentirse útil y capaz.
Reflexionar este día, en especial, sobre el maltrato a los adultos mayores es de gran relevancia, no solo por evitar violar derechos esenciales de las personas sino por el daño emocional y psicológico que esto causa.
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