La pérdida involuntaria de orina es una causa importante de malestar físico y psicosocial que afecta notablemente a la calidad de vida de los ancianos que la padecen. Fruto de esta pérdida de orina, se produce un exceso de humedad en la piel que puede desencadenar en descamación, enrojecimiento, irritación o incluso en infecciones, produciendo lo que se conoce como dermatitis del pañal en adultos o dermatitis asociada a la incontinencia en ancianos.
Esta patología afecta de forma mayoritaria a personas encamadas o ancianos que padecen algún tipo de deterioro cognitivo. La dermitis vinculada a las perdidas de orina en ancianos, además de resultar excesivamente molesta, puede desencadenar infecciones por hongos y úlceras por presión.
Tipos de incontinencia urinaria en ancianos
Los tipos de incontinencia que podemos encontrarnos en las personas mayores son: de esfuerzo, de urgencia, por rebosamiento o funcional. En función del tipo de pérdida se empleará un tratamiento diferente.
A continuación, veremos diferentes tipos de incontinencia que podemos encontrarnos y os ofreceremos una serie de consejos para prevenirla.
En función del tipo de pérdida se puede clasificar de la siguiente forma:
- De esfuerzo: consiste en incontinencia debida a un esfuerzo físico como estornudar, reír, toser o coger peso. Es más común en mujeres que en hombres, ya que en gran medida se debe a problemas que han tenido su origen en el parto.
- De urgencia: es un tipo de pérdida producida tras un fuerte e incontrolable impulso de orinar. Es habitual en ancianos con Alzheimer, Parkinson o lesiones de médula espinal, ya que, como consecuencia del daño nervioso, no se emite al cerebro la señal del estado en el que se encuentra la vejiga.
- Por rebosamiento: se trata de una pérdida ocasionada como consecuencia del vaciado incompleto de la vejiga, lo que provoca que la persona mayor tenga una necesidad incesante de orinar.
- Funcional: es debido a modificaciones físicas o cognitivas tales como los tumores cerebrales, los accidentes cerebrovasculares o las lesiones de médula espinal, así como a posibles barreras que se presenten en el entorno.
Síntomas que se padecen por la dermitis
Los síntomas más habituales son los siguientes:
- Enrojecimiento de la piel.
- Áreas descamativas.
- Aparición de ampollas, granos y úlceras.
- Protuberancias y llagas.
- Escozor y picores.
Consejos para prevenir la dermitis vinculada a las pérdidas de orina
A continuación, os indicamos algunos consejos para prevenirla.
- Mantener la piel muy limpia, esta limpieza se puede realizar con un jabón que no sea muy agresivo y posteriormente habrá que aclarar la zona con agua limpia y secarla. En función de las características de la persona se aplicará un tipo de crema u otra, en general, optaremos por una crema hipoalergénica e hidratante.
- Elegir el tamaño idóneo de absorbente o pañal para la persona. Se cambiará asiduamente, mínimo tres veces al día y siempre después de defecar.
- Revisar diariamente los puntos de presión para evitar la posible aparición de las temidas úlceras por presión. Se debe prestar especial atención si la persona mayor además está en silla de ruedas o encamada.
- Mantener una buena alimentación contribuye a disminuir el riesgo de perdidas de orina y, en consecuencia, el riesgo de dermitis vinculada a la misma.
- Realizar ejercicio físico diario con ayuda del cuidador.
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