Tal como hemos tratado y explicado en anteriores ocasiones, el Envejecimiento Activo es un proceso que ayuda a fomentar y mantener las capacidades funcionales para proporcionar al adulto mayor el mayor bienestar posible. Estas acciones, permiten una transformación en muchos aspectos cotidianos, aportando mejoras en la funcionalidad física, cognitiva y social.

Ello, se puede llevar a cabo, gracias a un entorno que proporciona el espacio adecuado para propiciar interacciones entre personas y entre todos esos espacios que forman parte de su día a día.

La participación social es una fuente de apoyo social, dado que la agrupación con otras personas con un mismo objetivo, ocasionan un impacto emocional e informativo. Es más, se da un elemento vital muy importante, la autorrealización personal.

La acción de participar en iniciativas de diferente índole, les convierte en actores sociales muy importantes, dado que se suman a movimientos actuales y también a estar presentes en determinadas esferas públicas para reivindicar situaciones y demandar cambios.

Algunos de los entornos en los que participan son: política, ámbito laboral, educativo, social, familiar, etc.

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