Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en la franja de edad de entre 65 y 74 años el 7,8% de las personas no tienen habilidades tecnológicas y el 60,2% tienen habilidades bajas. Hay una barrera generacional que coloca a los nativos digitales como únicos usuarios de la web; y los que están del otro lado, adultos y mayores, deben hacer un esfuerzo, a veces inalcanzable, para familiarizarse con estas nuevas tecnologías. Para quienes crecieron en un mundo analógico donde jamás imaginaron todas las opciones digitales del mundo actual, cada día supone una lucha por superar enormes muros, y una vez que lo han conseguido, la vista en el horizonte les sorprende con un nuevo muro más alto que el anterior, pues los avances tecnológicos suceden cada vez a mayor velocidad. Sin duda existen muchas barreras que provocan que las personas mayores se resistan a usar las nuevas tecnologías (como la falta de confianza o paciencia, el miedo a romper el dispositivo o cometer un error grave, texto o botones demasiado pequeños, o falta de ayuda directa), pero cuando el proceso de aprendizaje tiene éxito, los beneficios son evidentes y numerosos.

El 76 por ciento de las personas mayores de 80 años está preocupada por la brecha digital que existe actualmente, ya que considera que existe una ausencia de acompañamiento en su proceso de adaptación.

Es uno de los datos aportados por el Observatorio Sénior de 65YMÁS, que determina que la tecnología y la transformación digital preocupan cada vez más a las personas mayores.

Este sector de la población se ha tenido que adaptar de forma forzosa a las nuevas herramientas digitales y, a mayor edad, mayor también es la intranquilidad que genera este desconocimiento con respecto a los usos de nuevas tecnologías y dispositivos electrónicos.

Tanto es así que este Observatorio determina que la brecha digital preocupa al 54 por ciento de los mayores de 50 años, mientras que la preocupación llega al 76 por ciento cuando se trata de personas mayores de 80 años.

Estas conclusiones son preocupantes si se tienen en cuenta los resultados de un estudio que determina que para el año 2050 las personas mayores de 65 años doblarán a los menores de 15 por primera vez en la historia.

Para desdibujar los límites que existen entre las generaciones nativas digitales y las más mayores, existen diferentes dispositivos electrónicos que se pueden incorporar en el día a día de estas últimas.

Entre ellos, altavoces inteligentes, que permiten una comunicación eficiente, mediante llamadas telefónicas o con el Asistente, y manipular sin contacto aparatos delicados, como termostatos.

Las pulseras de actividad pueden servir, además de para conocer el rendimiento deportivo, para prevenir accidentes e incluso facilitar un diagnóstico rápido del estado de la salud.

Los robots aspiradores para el mantenimiento del hogar, los relojes con detector de caídas diseñados para personas con demencia o los localizadores de objetos completan la lista de dispositivos que pueden facilitar el día a los usuarios de mayor edad.

 

 

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