La incontinencia urinaria (IU) es una condición prevalente en la población de adultos mayores, afectando a ambos sexos. Con el envejecimiento de la población será un problema de salud de cada vez mayor relevancia. Su patogenia es compleja y multifactorial, por lo que es fundamental conocer los aspectos fisiopatológicos subyacentes para realizar un adecuado diagnóstico en base a la historia clínica, examen físico y exámenes complementarios solicitados de manera racional. El tratamiento de la IU para adultos mayores no difiere mayormente de los tratamientos utilizados en población más joven. Sin embargo, debe hacerse particular énfasis en identificar comorbilidades, fármacos, trastornos neurológicos y psiquiátricos que puedan estar contribuyendo a la IU. Debe sacarse el máximo provecho del manejo conservador, teniendo consideraciones especiales con el uso de algunos fármacos e indicando cuidadosamente tratamiento quirúrgico a pacientes seleccionados.

La incontinencia urinaria produce que el paciente sufra de pérdida involuntaria de orina. Esta puede ser de carácter temporal o tratarse de una afección crónica.

Si bien puede aparecer en cualquier etapa de la vida, es más común en personas mayores. Su prevalencia, según el Manual MSD, es de cerca del 30 % en mujeres y del 15 % en hombres. A pesar de esta cifra, y de la creencia común, la incontinencia urinaria no es parte del proceso natural de envejecimiento, puede ser la manifestación de múltiples condiciones de salud en el adulto mayor, lo que se conoce como síndrome geriátrico.

Causas de la incontinencia urinaria

La incontinencia urinaria puede aparecer a raíz de distintos mecanismos del cuerpo. En varias ocasiones, de hecho, puede que sea consecuencia de más de uno de estos.

  • Músculos de la pelvis o del esfínter urinario débiles.
  • Obstrucción del tracto de salida de la orina desde la vejiga.
  • Vejiga hiperactiva (hiperactividad de los músculos de la pared de la vejiga).
  • Debilidad de los músculos de la pared de la vejiga.
  • Falta de coordinación entre los músculos de la pared de la vejiga y el esfínter urinario.
  • Aumento del volumen de orina.
  • Accidentes cerebrovasculares y demencia.

Existen causas externas, como el uso de diuréticos, cambios de medicina o la ingesta en exceso de bebidas alcohólicas o con cafeína, que pueden dar pie a casos de incontinencia urinaria temporal.

Los tipos de incontinencia urinaria

Así como existen diversas causas, la incontinencia tiene distintas clasificaciones. Estas responden a las condiciones en las que aparece el problema.

Incontinencia de urgencia:

Es la incontinencia urinaria que se produce después de una necesidad urgente de orinar. Por lo general esta pérdida incontrolada de orina ocurre en cantidades que oscilan entre moderadas y elevadas.

Incontinencia de esfuerzo:

Es la que ocurre tras un aumento de la presión intra-abdominal (tras estornudar, reír, levantar un peso, etc.). El volumen de esta pérdida es bastante menor, siendo entre baja y moderada.

Incontinencia por rebosamiento:

Es el tipo de incontinencia urinaria menos agresivo desde la perspectiva del tamaño de la pérdida inmediata, aunque puede ser alta al largo plazo. Su origen está en una vejiga demasiado llena.

Incontinencia funcional:

Se trata de la pérdida de orina cuya aparición no se relaciona directamente con dificultades para controlar la micción. Puede deberse a problemas de tipo mental o incapacidades físicas.

Puede ocurrir que un paciente presente una combinación de estos tipos de incontinencia urinaria. En estos casos se le llama incontinencia mixta y es uno de los diagnósticos más comunes entre quienes la padecen.

¿Cómo manejarla incontinencia urinaria en adultos mayores?

Como con cualquier otra enfermedad, al observar síntomas de incontinencia urinaria es importante acudir a un especialista. Este podrá determinar si se trata de un problema temporal o si estamos ante algo crónico.

Cualquiera que sea el caso, se pondrá al paciente bajo un tratamiento adecuado. En general se inician con procedimientos poco invasivos y se escala si estos no funcionan.

Entre las principales formas de lidiar con la incontinencia urinaria se encuentran:

  1. Entrenamiento de la vejiga.
  2. Programar horarios para orinar.
  3. Llevar un control de la dieta y la ingesta de líquidos, en especial de bebidas con alcohol o cafeína.
  4. Fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico a través de ejercicios.
  5. Medicamentos según el caso, siempre recetados por especialistas.
  6. Estimulación eléctrica.

 

Luego de estos métodos para tratar la incontinencia urinaria hay otros más invasivos que incluyen dispositivos como el oclusor uretral, terapias de intervención con inyecciones o cirugías.

Una parte clave en el manejo de esta enfermedad, sin importar la edad del paciente, es ayudarlo a disminuir la incomodidad que genera. No solo en el aspecto físico, sino a nivel social. Es necesario conversar sobre el problema y desestigmatizar la incontinencia urinaria que se trata de una enfermedad como cualquier otra.

Recuerda que antes de tomar cualquier decisión sobre tratamientos, es necesario acudir a un especialista. Mientras más información le brindes al médico, mejor será el diagnóstico que podrá ofrecer y la decisión de los pasos a seguir será más acertada.

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